¿Cuándo hay un problema?
Cuando alguien, ya sea el niño o el padre, se siente frustrado, enojado, poco querido, rechazado, resentido, controlado, sobre exigido; desobedecido, o cuando uno quiere que el otro haga algo y no responde, no sabemos qué hacer. Es en estos momentos cuando es más necesario saber comunicarse en forma efectiva. Sin embargo, es justamente cuando la mayoría de los padres, en lugar de facilitar la comunicación con el niño, la bloquean, por desconocer mejores formas de hacerlo.
¿Cuáles son estos bloqueos?
Acusar, Retar, Juzgar, Criticar
Decir "es que tú siempre", "tú nunca", "cuándo va a ser el día que hagas algo" o "eres un pesado,', etc. Es la actitud en que se le echa la culpa de todo al otro, se lo crítica y culpa, se hacen acusaciones vagas, no específicas, ose sacan en cara enojos del pasado. Con esto se consigue que el niño ataque de vuelta y conteste, saque en cara cosas de vuelta o se enrabie y aprenda a tenernos miedo.
Amenazar
Decir "si no haces esto yo voy a...". Las amenazas no son efectivas, hacen que el niño sienta miedo y rechazo; y cuando la amenaza no se cumple, el niño aprende a desobedecer.
Ridiculizar o Poner Sobrenombres
"¡Ay, Señor, qué inteligente! ¡Mira lo que hizo!", "Hay una señorita vanidosa que siempre le preocupa andar vistiéndose bien" o "Mira, panzón, deja de comer tanto" "Estás hablando como un tonto",
Las burlas son una forma sutil de agresión y dañan la imagen que el niño tiene de sí mismo, Lo hacen sentirse avergonzado.
Dar Ordenes o Instrucciones
Decir, "¡haz esto...!,. Al solucionar el problema en forma de mandato se le quita al niño la oportunidad de que se le ocurran las cosas por sí mismo. Formamos un niño pasivo, que va a necesitar tener siempre a alguien que le dé instrucciones, en lugar de crear él sus propias soluciones a sus problemas y confiar en su criterio. En vez de decir, por ejemplo: "tienes que estudiar más porque la Prueba de Aptitud Académica..," etc., es mejor "...uno debería hacer tal cosa" o, "las normas son...,; etc. El problema de los sermones y de las razones es que muchas veces entran por un oído y salen por el otro.
Pensamos que estamos dando razones muy lógicas para convencer al niño a actuar de cierta manera, pero en psicología se sabe que la forma de pensar de los niños es distinta a la de los adultos, y que la lógica adulta no necesariamente convence a los niños, Los niños chicos, hasta los seis años, tienen una forma de pensar que se llama "pensamiento mágico" y muchas de sus creencias las sienten con mucha convicción, aunque para nosotros sean irracionales y poco lógicas. En este sentido, es bueno aprender a entender cómo piensan los niños para influir en su forma de pensar.
Por ejemplo, a un niño que tiene miedo a algo, a veces en lugar de darle todas las causas lógicas para no tener miedo es mejor enseñarle un rito de espantar fantasmas, y con eso le damos el poder a él de espantarlos, en vez de tratar de convencerlo de que esas cosas no existen cuando él siente profundamente que sí existen. Si un niño está llorando, en lugar de decirle "no deberías llorar,; decirle "entiendo, te dolió,', y hacer algo para que el niño se sienta mejor; por ejemplo, ponerle una venda adhesiva diciéndole que eso sí lo va a curar. Por otra parte, todos (tanto niños como adultos) somos incapaces de entender argumentos lógicos cuando estamos en un estado emocional fuerte; en ese caso es mejor ventilar los sentimientos dejarlos pasar, rodar su pena, rabia, alegría, etc., y luego conversar.
Muchas veces, los niños saben lo que tienen que hacer y les molesta que uno se lo repita y más bien necesitan ayuda concreta en cómo hacerlo y no un discurso.
Hacerse el mártir, Pedir Disculpas, "Tirarse al Suelo"
Decir, "es que a mí nadie me quiere,; "nadie me hace caso" o "yo que siempre me preocupo tanto por Uds. y Uds. nunca me responden", "y lo hago todo mal". Esta actitud produce sentimientos de culpa, pero no necesariamente cambia la forma de actuar. Las culpas al mismo tiempo dan rabia y deseos de evitar a la persona que las produce.
Distraer, Cambiar de Tema, Echar a la Broma, Minimizar el Problema.
Decir, "pero qué importa eso", "no te preocupes, si se te va a pasar", o distraerlo haciendo que el niño preste atención a otra cosa. En este caso, el niño siente que su problema es mirado en menos, que no lo toman en serio, que a nadie le importa lo que él siente. Muchas veces, al ver el problema de un niño desde nuestra perspectiva no entendemos cuán importante es para él, y en el fondo lo que interesa es cómo lo siente el niño y no lo que pensamos nosotros al respecto.
Ninguna de estas formas es mala en sí. El problema está en que no ayudan a solucionar los problemas. En la medida en que falta una comunicación real y no hay un encuentro de las formas de pensar y de sentir, no va a haber ningún cambio de las dos partes ni tampoco habrá comprensión.
¿Cuál sería la forma adecuada de comunicar?
La comunicación, como ya dijimos, debe ser clara, directa y específica.
¿Qué significa esto?
Clara
Quiere decir expresar lo que siento, pienso y quiero, en palabras simples y frases cortas, tratando de prever que el otro va a entender lo que estoy diciendo. Por ejemplo, los niños no entienden las mismas cosas que nosotros, Hay que tratar de expresarse en palabras que el niño entienda. También con el adulto hay que ser claro.
Directa
Esto significa andar sin recovecos, decir directamente cosas sin darles vueltas.
Específicas
Indica que esté directamente relacionada con el momento y con el hecho que estamos discutiendo; no sacar a luz cosas vagas o generales o que pasaron tiempo atrás, o en suposiciones acerca del futuro, sine limitarse al tema.
Un buen mensaje es: Decir lo que siento frente a las cosas que espero del otro y qué reacción podría tener yo, o qué consecuencias concretas eso podría traer. "Yo me siento así frente a... y me dan ganas de...", o "me gustaría que...", etc. Cuando uno trata de entender a otro se centra en el "tú", trata de ver qué le pasa. Cuando quiere dar un mensaje tiene que centrarse en sí mismo y decir lo que a uno le está pasando, más que decir "tú deberías", "tú eres...", "tú piensas...", "te estás portando como un tonto", "tú eres desobediente", etc..
La buena comprensión está centrada en el otro. En cambio, la buena expresión debe concretarse en sí mismo y expresarse uno. Por ejemplo, en lugar de decir, "lo que pasa es que tú eres un desordenado y nunca me haces caso", se puede decir, "me molesta el desorden, me siento incómoda y me gustaría que ordenaras la pieza".
En resumen, la comunicación es mala cuando hablamos mucho del otro juzgando y criticando, sin mirarse a uno mismo y sin tratar de entender qué está pasando. Cuando le decimos al niño cómo debería ser, qué debería hacer, en lugar de expresar cómo estamos nosotros viendo el problema.
Para poder comunicamos tenemos que conocernos bien, mirarnos hacia adentro y ver lo que sentimos y pensamos frente a las cosas, planteamos "estoy enojado, asustado, frustrado, apenado, preocupado, contento, ¿Qué me pasa?"
En general, la cultura y la educación nos enseñan a no expresar los sentimientos. Tantas veces escuchamos decir "ay, pero los hombres no lloran", o "no seas rabiosa", o "las mujeres no gritan". Es mal visto manifestar emociones en público. "Cállate que nos están mirando". Esta limitación, en relación con la expresión de emociones, hace que en la intimidad también expresemos poco y que en lugar de abrirnos para que se nos entienda, tratemos de controlar a los demás a través de órdenes, instrucciones, amenazas, etc. Mostrarse no es fácil, es una aventura difícil; sin embargo, es la única manera de llegar a tener una buena comunicación y una buena comprensión dentro de la familia. Los niños que aprenden a ver lo que los adultos sienten, desean y piensan, tienden a tener un control interno; en cambio, aquellos que se acostumbran a que se les grite, se les ordene, se les instruya, no reaccionan sino a los controles externos.
A veces creemos que si dejamos que los niños expresen sus sentimientos se nos van a escapar de las manos. En este sentido hay varias cosas que es importante tener claras, En primer lugar, los sentimientos, especialmente en los niños, son pasajeros; una rabieta de un momento, la pena de otro, la alegría y la euforia son sentimientos que pasan, no se quedan ahí para siempre. Es muy difícil enfrentarse a una persona cuando está llorando, pues nos paralizamos, no sabemos qué hacer, A veces, el hecho de llorar por un rato y expresar la rabia, hace que esa rabia pase mucho más rápidamente que si hacemos esfuerzos por controlarla.
El entender sentimientos no significa permitir siempre las acciones. Podemos comprender que un niño esté celoso o rabioso y aceptar que exprese ese sentimiento, pero por supuesto que debemos limitar los actos que el niño haga en ese momento, El puede decir "tengo rabia" y se lo permitimos; pero, sin embargo, no tenemos que asentir que por eso le pegue al hermano. O sea, permitimos los sentimientos, pero controlamos las acciones en forma positiva.
Actividades
Todo aprendizaje necesita ser practicado. No basta leer para hacer mejor las cosas, hay que... hacerlas. Por eso trate de hacer cada una de las cosas que aprendió en este capítulo en la comunicación de cada día con su familia.
-Trate de entender antes de hablar, de criticar o juzgar.
-Atrévase a decir lo que le pasa, a contar lo que siente y piensa.