RIMAS XIX a XXIV
XIX - Hoy la tierra y los cielos me sonríen
XX - Fatigada del baile
XXI - ¿Qué es poesía?
XXII - Por una mirada, un mundo
XXIII - Los suspiros son aire, y van al aire
XXIV - Volverán las oscuras golondrinas
XIX
Hoy la tierra y los cielos me sonríen;
hoy llega al fondo de mi alma el sol;
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado:
¡Hoy creo en Dios!
XX
Fatigada del baile,
encendido el color, breve el aliento,
apoyada en mi brazo,
del salón se detuvo en un extremo.
Entre la leve gasa
que levantaba el palpitante seno,
una flor se mecía
en compasado y dulce movimiento.
Como en cuna de nácar
que empuja el mar y que acaricia el céfiro,
tal vez allí dormía
al soplo de sus labios entreabiertos.
¡Oh! ¡Quién así -pensaba-
dejar pudiera deslizarse el tiempo!
¡Oh, si las flores duermen,
qué dulcísimo sueño!
XXI
¿Qué es poesía? , dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿y tú me lo preguntas?
Poesía... eres tú.
XXII
Por una mirada, un mundo.
Por una sonrisa un cielo;
por un beso..., ¡Yo no sé
lo que diera por un beso!
XXIII
Los suspiros son aire, y van al aire,
Las lágrimas son agua, y van al mar.
Dime, mujer: cuando el amor se olvida;
¿sabes tú dónde va?
XXIV
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha al contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...,
éas..., ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde, aún más hermosas,
sus flores abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío,
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer, como lágrimas del día...
ésas..., ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate,
¡así no te querrán!