Iván González
Ostentación de las yemas
CUANDO digo que escribo
lo que hago es desnudarme frente a tus ojos
una mano tuya puede entonces
acariciarme el pecho al descubierto
o si lo preferís un beso tuyo
puede apretarme el ombligo mientras río
así de pronto cuando digo que escribo
y ya sabés que me desnudo ante tus ojos
el poema deja de fingir y se presenta entero
con su enjuto rostro y sus largos huesos
...
con mi enjuto rostro y mis largos huesos
me dejo seducir por tu mirada y caigo ya no él
como un canto rodado al agua oscura de tu cuerpo
MI pensamiento tiene
la forma de tu cuerpo
-sutil torzal de viento
fuerte aroma de campo
mi cuerpo se hace tuyo
más tuyo si me piensas
-danzarina de fuego
llama sobre mi piel
altísima la noche
caminante sin dueño
mi pensamiento tiene
el cuerpo de tu mente
altísima la noche
caminante sin dueño
mi cuerpo se hace tuyo
desnudo ante tu cuerpo
altísima la noche
mientras ya no soy--caigo
en remolino caigo
destrozo mente y cuerpo
mientras ya no soy
en remolino tuyo
ya ceniza de cedro
ante la noche -- alta
NO aire solo soplo un segundo
encuentro unos brazos y los quiero
siento la tierra en sus dedos y el agua y el fuego y
siento mi cuerpo y mi mente y a mí entero
no aire no tiempo no soplo solo vivo
enamorado niño en tus brazos hombre entre tus dedos
sediento y acurrucado en ese recodo
sonrisa y dicha en ese recodo que vale toda la vida
AHORA que mi corazón ya no es más que un corazón
de hombre
ahora que he ido alargando las palabras hasta tocar
tu cuerpo
ahora que he dado mis manos al viento para sentir
tu aliento
ahora que me he despojado de todo lo impropio y
me he sentado
a la orilla misma de tu mirada junto al tibio resplandor
de tu silencio
ese rumor de mar lejano y ajeno crece en el recuerdo
del anhelo
y se vuelve tu cabellera de algas amarillas toda tu
presencia
de caracolas y cangrejos nocturnos desatando olas
en mi playa
LA mujer de los aleteos
en la nuca de los muslos
duerme
su respiración se agita
sueña con perros
que la devoran en mi presencia
mañana recordará
que estuve más cerca
que la sábana que roza sus senos
esta noche
LA ilusión óptica de tenerte
no se borra con anteojos de azúcar
se borra únicamente
con tu lengua
mosca
atrapada en la maraña
de mi pubis
AQUÍ estamos-----locos
de amor----- hemos llegado
somos----- remolino de besos
chispas de agonía
dando brillo a las tapias
manos en brasa abrazadas
rostros ¡qué rostros!
todo el sol de un día meridiano
y nuestros cuerpos
como ríos de muerte
DE la nada la palabra
el ligero temblor el músculo tenso
la propuesta indecente ante la vida
eclosión de presencias
ámbito caricia de la lengua
dientes mordiendo rostros
música desatada
ducha o baño o sumersión de sonidos
giros giros
eros en la piel en el empeine
que se prolonga hacia el gemido
de la nada la danza
el verso resonando entre los labios
el movimiento impúdico de los senos
implosión de ausencias
círculo salto al vacío o al encuentro
el abrazo y el beso bien marcados
cuerpo poseído por las rimas
ritmo ritmo
eros en el empeine en la piel
que se retrae hasta el silencio
LA música mordida
los labios... los labios...
la ciudad en penumbras
en mi ombligo
bebiéndose el jugo
de la madrugada que embriaga
e invita al juego y rompe el bostezo
en un salto
y cae como ese pétalo
de luna desgarrada por el clave de sol
roja ahora e hilarante de deseo
olorosa de sexo
me grita
desde las sábanas pero
las ventanas cerradas detienen
esa sílaba le rompen las alas
porque no suene en el espacio de mi boca
que la convierte en beso o en lengua
enlazada a mi lengua o en diente mordiéndome
los labios
con fuerza
con gesto de niña
con la desnuda espalda
con el pelo rozando el piso
con la más ligera vibración de los músculos
en esa danza que se repite
sin cansancio
AMANTÍSIMA
como la luna de menta en la lengua
en la fiesta de los negros pétalos
te deseo
moviéndote en el centro de la danza
bailando con los senos para mi boca
agria gata ebria en tu mirada hiriente
no te amo sino con la lengua
y me detengo en cada suspiro
de tu garganta moribunda
amantísima
detrás de tu cuerpo yazgo
como la música que te muerde los pezones
y te recorro la piel con los labios
mojados de agonía
hacia tus caderas de musgo entre mis manos
hacia la muerte que nos viene
con urgencia de grito
MELOPEA suave en tus hombros
abanico de espuma en tu cuello
ese color del arco -no flecha
que tensa tus pezones tersos
la noche casi o el perfume
de tu ombligo en las alondras
MANOS de piedra
caricias una forma
un surco suave musgo
terciopelo cuenco de las palmas
ojos de arcilla
encuentros una mixtura
hojarasca sábana del monte
mullido iris hamaca
de los párpados
© Solo de papel (1996).