Refrán, Máxima y Proverbios (I)
REFRÁN: "Dicho agudo y sentencioso de uso común."
MÁXIMA: "Regla, principio o proposición generalmente admitida por todos los que profesan una facultad o ciencia. Sentencia, apotegma o doctrina buena para dirección de las acciones morales. Idea, intención o designio a que se ajusta la manera de obrar."
PROVERBIO: "Sentencia, adagio o refrán. Aguero o superstición que consiste en creer que ciertas palabras, oídas casualmente, en determinadas noches del año, y con especialidad en la de San Juan, son oráculos que anuncian la dicha o desdicha de quien
las oye."
A enemigo que huye, puente de plata.
A río revuelto, ganancia de pescadores.
Al buen entendedor, pocas palabras bastan.
El que conoce a otros es entendido.
El que se conoce a si mismo es sabio.
Actúa con sencillez, domina el egoísmo y reduce los deseos.
El osado y el violento no morirán de muerte natural.
Las palabras sinceras no son vistosas; las vistosas no son sinceras.
Lo que más se desprecia es la ignorancia, la injusticia y la deshonra.
No hay mayor miseria que el descontento; no hay mayor calamidad que la codicia.
Quien conoce a los demás, es hábil; a sí mismo, es sabio.
Quien promete con facilidad, difícilmente cumple.
Quien quiera recibir, primero debe dar.
Quien se conforma con lo que tiene, es rico.
Saber que no se sabe es saludable; creer que se sabe lo que no se sabe, es una enfermedad.
Si no tienes confianza en los demás, tampoco la tendrán en ti.
Lao Tsé. Filósofo Chino siglo VI a.C.
¿De qué nos sirve correr
si no vamos por el buen camino ?
Proverbio Alemán.
No os agobiéis por el mañana,
porque el mañana traerá su propio agobio.
A cada día le bastan sus disgustos.
Jesucristo. San Mateo V. 34. Nueva Biblia Española.
Corazón alegre, cuerpo sano ;
ánimo abatido seca los huesos.
Salomón. Proverbios XVII, 22. Nueva Biblia Española.
Lo que más perturba la mente del hombre
es aquello que no ve.
Julio Cesar. Emperador Romano 100-44 a.C.
Río desbordado es el pleito que se inicia ;
vale más retirarse que complicarse en él.
Salomón. Proverbios XVII, 14.
En la siembra, aprende ;
en la cosecha, enseña ;
y en invierno, disfruta.
William Blake. Poeta y pintor Inglés 1.757-1.827.
El descanso es lo que da buen sabor al trabajo.
Plutarco. Biógrafo e historiador Grecorromano 46-119 d.C.
El castigo al embustero es no creerle cuando dice la verdad.
Es mejor caer entre las patas de los buitres que entre las manos de los aduladores.
La duda es el principio de la sabiduría.
La educación tiene sus raíces amargas, pero sus frutos son dulces.
La esperanza es el sueño del hombre despierto.
La justicia es la mejor de todas las virtudes.
No hay nada que envejezca tan pronto como el recuerdo de un beneficio.
No se siente tanto la ofensa del enemigo como la del amigo.
Por pocas virtudes que tenga, creerá tener bastante.
Procuremos olvidar lo que nos entristece.
Se aprecia más lo obtenido con gran esfuerzo.
Aristóteles. Filósofo Griego 384-322 a.C.
El egoísta será capaz de incendiar la casa del vecino para freír un huevo.
El malo, cuando se finge bueno, es pésimo.
Hay muchos medios de hacerse rico, pero pocos con honradez.
La belleza es como la fruta venaniega, que fácilmente se pudre.
La discreción en las palabras vale más que la elocuencia.
La esperanza es buen desayuno, pero mala cena.
La envidia no tiene días feriados.
La riqueza es un buen sirviente, pero un mal amo.
Los hombres temen a la muerte como los niños a las tinieblas.
Nada le hace sospechar tanto al hombre como el saber poco.
Ningún medio es tan rápido para prosperar, como los errores ajenos.
Quien se compadece del enemigo, no lo hace de sí mismo.
Francis Bacon. Filósofo Inglés 1561-1626.
Al mediar las armas, las leyes callan.
Cada cual encuentra perfecta su obra.
Cualquiera puede equivocarse, pero sólo los necios perseveran.
Dudando se llega a la verdad.
El hábito es una segunda naturaleza.
El odio es una cólera empedernida.
Es rico quien no desea más de lo que tiene.
Grande es la fuerza de la costumbre.
Justicia extrema, extrema injusticia.
La calumnia es fácil de lanzar y creer.
La costumbre hace la ley.
Mejor es recibir una injuria que cometerla.
Nada más peligroso que los amigos aduladores.
No debe creerse todo lo que se ve.
Trate que el castigo no sea mayor que la falta.
Marco Tulio Cicerón. Filósofo Romano 106-43 a.C.
Cuando hayas errado, no temas corregirte.
Donde hay educación, no hay diferencia de clases.
Es tan difícil ser pobre sin quejarse, como ser rico sin ser arrogante.
Hablar a quien no escucha es perder el tiempo.
Lo que odias de tus superiores, no lo hagas a tus inferiores.
No hagas a otros lo que a ti no te agrada.
No hay que pagar con la misma moneda a quienes nos hacen mal.
Saber lo que se sabe y lo que no se sabe es la señal del que sabe.
Sé lento para prometer y rápido para cumplir.
Si das mucha confianza a los subordinados, se volverán confianzudos.
Si sopla el viento, la hierba debe inclinársele.
Son falsas las palabras dulces y la cortesía exagerada.
Confucio. Filósofo Chino 551-479 a.C.
En prosperidad es fácil encontrar amigos y difícil en la adversidad.
La amistad de un hombre inteligente vale más que la de muchos necios.
La enemistad entre parientes es mucho más penosa que entre extraños.
Más vale censurar nuestros malos actos que los ajenos.
Mas vale ser elogiado por otros que alabarse a sí mismo.
Muchos parecen amigos y no lo son; muchos lo son y no parecen.
No desconfíes de todos, pero sé prudente y reservado.
Quien espera retribución de un favor, no es benefactor.
Sabio es aquél que se alegra por lo que tiene y no se aflige por lo que no tiene.
Si tratas de saberlo todo, acabarás por no saber nada.
Demócrito. Filósofo griego 460-370 a.C.
Corrígete si hablan mal de ti con fundamento.
Debemos hablar sólo cuando fuese necesario.
El carácter del mediocre es no esperar nada de sí mismo, sino de los demás.
El deseo y la felicidad no pueden vivir juntos.
La limpieza es para el cuerpo lo que la pureza es para el alma.
La nobleza del hombre procede de la virtud y no del nacimiento.
Los hábitos contraídos no se corrigen sino con los hábitos opuestos.
No podemos evitar cometer errores, pero podemos tratar de evitarlos.
No pretendas que las cosas sean como lo deseas, sino deséalas como son.
No te rías mucho tiempo, ni a menudo, ni excesivamente.
Si no quieres ver frustrados tus deseos, no desees sino aquello que dependa de ti.
Sólo son libres quienes han recibido educación.
Epicteto. Filósofo griego, Siglo I
Con paciencia se soporta mejor lo irreparable.
El águila no engendra palomas.
El malo no engendra hijos buenos.
El envidioso adelgaza de la gordura ajena.
El buen comienzo es la mitad de una obra.
El necio huye de un vicio y cae en el contrario.
El que vive temiendo, nunca será libre.
La cólera es una breve locura.
La palabra dicha no puede recogerse.
La virtud de los padres es una gran dote.
No cargues un peso que exceda a tus fuerzas.
No es pobre aquel que le basta lo que tiene.
Para todas las cosas hay una medida.
Quien envidia lo ajeno, no le agrada lo suyo.
Vergüenza tendrá quien suele ser engañado.
Quinto Horacio Flaco. Poeta romano 85-8 a.C.
Belleza y modestia, rara vez caminan juntas.
El ansia de dinero crece al crecer la riqueza.
El marido, último en saber de su infiel esposa.
La honestidad es loada, pero se la deja morir.
La crítica tolera cuervos y no palomas.
La ganancia tiene buen olor para toda venta.
Las pérdidas usuales no afectan demasiado.
La vejez es más terrible que la muerte.
La venganza es la alegría de las almas bajas.
Locura es vivir como pobre para morir rico.
Mente sana en cuerpo sano.
Nada es más insoportable que una mujer rica.
Olvídate antes de todo de los ingratos.
Quien desea cometer un crimen, ya es culpable.
Todo hombre tiene su precio.
Décimo Junio Juvenal, poeta latino 60-140 d.C.
El fin justifica los medios.
El náufrago teme a las aguas tranquilas.
El tiempo todo lo destruye.
El rango del donante le da valor al obsequio.
En la noche todas las mujeres son bellas.
En una causa fácil, cualquiera puede ser elocuente.
Es bueno hacerse el tonto en alguna ocasión.
La belleza es un bien muy frágil.
Lo permitido no atrae, pero sí lo prohibido.
Los golpes previstos duelen menos.
Los resultados justifican la acción.
Más fértil es el grano en el campo ajeno.
Se suele envidiar lo ajeno.
Mientras seas feliz, tendrás muchos amigos.
Nada de valor se obtiene sin dificultad.
Si quieres casarte bien, cásate con tu igual.
Publio Ovidio Nasón. Poeta latino. 43 a.C. al 17 d.C.
Cuando la pasión nos obliga a hacer algo, olvidamos el deber.
El amor es la pasión natural del hombre.
El amor no tiene edad, pues siempre está naciendo.
El corazón tiene razones que la razón desconoce.
El egoísta odia la sociedad.
Es mejor saber algo de todo que todo de algo.
Falsa humildad equivale a orgullo.
La pereza es la fuente de todos los vicios.
Los hábitos son la segunda naturaleza que destruye a la primera.
No es bueno ser demasiado libre, ni tener todas las necesidades.
Si hasta la vida perdemos con placer, siempre que se hable de ello.
Sólo hay dos tipos de hombres: pecadores que se creen justos y justos que se creen pecadores.
Todo lo que se perfecciona por el progreso, perece también por el progreso.
Blas Pascal. Físico y filósofo francés (1823-1862).
Ante la duda, abstente de emitir juicio.
Cierra tu boca si tu corazón está cerrado.
Consulta y delibera antes de actuar y evitarás errar.
En lo que puedas hacer solo, no pidas ayuda.
La verdadera desgracia no es sufrir injusticias, sino cometerlas.
No desprecies a nadie, pues hasta un átomo hace sombra.
No hables de la luz delante de un ciego.
No hagas que tu cuerpo sea la tumba de tu alma.
No mojes tu pan con las lágrimas ajenas.
No seas esclavo de nadie, ni siquiera de tu amigo.
No seas tirano de nadie, ni siquiera de tu perro.
No te creas más sabio que otro, pues esto probará que no lo eres.
Perdona al hijo sólo si confiesa su culpa.
Pitágoras. Filósofo y matemático griego 582-500 a.C.
Cuando la multitud ejerce su autoridad, es más cruel aun que los tiranos.
Donde reina el amor, las leyes sobran.
El hombre que es temido por muchos, a muchos debe temer.
El pudor de las mujeres es su más rica dote.
La justicia exige que cada cual haga lo que le corresponde.
La libertad está en ser dueño de su propia vida.
La pasión es un ídolo para los insensatos.
Más se estiman los bienes adquiridos que los heredados.
Ningún asunto humano merece mucha ansiedad.
No es necesario que la bondad se manifieste, sino que se deje ver.
Quien no desea ser engañado, procure no engañar.
Teme a la vejez porque nunca viene sola.
Platon. Filósofo Griego. 428-348 a.C.
Al buen entendedor pocas palabras bastan.
Boca de miel, corazón de hiel.
El hierro se machaca estando al rojo.
El hombre adúltero labra el campo ajeno y deja el suyo sin cultivar.
Es desgracia para el hombre ser muy hermoso.
Es una fortuna aprender a expensas de otros.
La buena mercadería fácilmente encuentra compradores.
La mujer callada vale más que la habladora.
La necesidad obliga a realizar cualquier cosa.
Los bienes mal adquiridos tienen mal final.
Más vale uno que lo vio, que diez que lo oyeron.
Ningún ratón confía su destino en un agujero.
Se prefiere la alabanza mentirosa a la crítica sincera.
Si dices injurias, también las recibirás.
Si vamos tras lo incierto, perdemos lo seguro.
Tito Maccio Plauto. Poeta latino.¿254?-184 a.C.
Confía en las acciones de los hombres y no en sus discursos.
El adulterio es la curiosidad de los placeres ajenos.
El odio es la tendencia a aprovechar todas las ocasiones para perjudicar a los demás.
Es necesario apartar a los jóvenes de las malas compañías, porque los inclinan al vicio.
Hay maridos tan injustos que exigen a sus mujeres una fidelidad que ellos no respetan.
La gloria es más útil para aquellos que sienten sus efectos.
La mujer del César debe estar libre de sospecha.
Las nubes cubren el sol ; las pasiones, el raciocinio.
Las palabras dulces apaciguan la cólera.
Los niños tienen más necesidad de guías para leer que para andar.
Sabed escuchar y sacaréis partido aun de los que hablan mal.
Plutarco. Historiador griego. ¿50-125?
El amor propio, el mayor de los halagadores.
El infierno de las mujeres es la vejez.
Es imposible volver amar a lo que en verdad se ha dejado una vez de amar.
Es más fácil conocer a la humanidad en general que a un solo hombre.
Es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos.
La envidia es más reconciliable que el odio.
La excesiva prisa por pagar un favor es casi una ingratitud.
La fortuna nos corrige muchos defectos.
Las pasiones son los únicos oradores que convencen siempre.
La virtud caminaría muy poco a menos que la vanidad no fuese su compañía.
Lo que nos hace insoportable la vanidad ajena es que hiere la nuestra.
Los celos tienen más amor propio que amor verdadero.
Los espíritus mediocres condenan todo aquello que supera su pequeña estatura.
Los hombres no sólo olvidan los beneficios recibidos, sino además odian a quienes los otorgaron.
Muchos remedios hay para curar el amor, pero ninguno es infalible.
Mayores virtudes se necesitan para sostener la buena fortuna que la mala.
Mientras se está en situación de hacer favores, se encuentran pocos ingratos.
Muchas veces hacemos el bien para hacer más tarde el mal impunemente.
Muchas veces una pasión torna necio al más cuerdo o más cuerdo al más necio.
Nada se da más alegremente que los consejos.
Nadie es tan feliz ni infeliz como se cree.
Ningún disfraz sirve para ocultar largo tiempo el amor donde existe o donde se finge.
No hay tontos más incómodos que los que se creen con talento.
Normalmente se alaba para ser alabado.
No se desprecia a todos los que tienen vicios, pero sí a los que no tienen ninguna virtud.
Nuestra virtud es a menudo un vicio disfrazado.
Nuestra envidia dura siempre más que la felicidad de los envidiados.
Olvidamos fácilmente nuestras culpas cuando sólo nosotros las conocemos.
Perdonamos fácilmente a los amigos que tienen defectos iguales a los nuestros.
Por raro que sea el amor verdadero, lo es menos aun que la verdadera amistad.
Saber hasta qué grado podemos llegar a ser desgraciados, es una felicidad.
Se perdona fácilmente a quien se ama.
Si juzgamos al amor por sus efectos, se parece más al odio que a la amistad.
Si no tuviéramos defectos, no hallaríamos tanto placer en advertir los ajenos.
Sólo grandes hombres tienen grandes defectos.
Todo el mundo se queja de su memoria, pero nadie de su inteligencia.
Una amistad reanudada requiere más cuidados que la que nunca se ha roto.
Francisco De La Rochefoucauld. Escritor francés. 1613-1680
A nadie engañamos mejor que a nosotros mismos.
El origen de la pedantería es la falta de confianza en el propio criterio.
Es más feliz el hombre a quien le basta su riqueza interior.
Generalmente la gente llama destino a sus propias tonterías.
La belleza es una carta de recomendación.
La cólera no nos permite saber lo que hacemos y menos lo que decimos.
La envidia más irreconciliable es la que se tiene por las cualidades
personales ajenas.
La gloria lograda con rapidez, pronto se va.
La modestia en los genios es hipocresía.
La mujer es un ser de cabellos largos y de entendimiento corto.
La riqueza es como el agua salada, porque mientras más se bebe, mas sed da.
Nada contribuye a la alegría más que la salud.
Arturo Schopenhauer. Filósofo Alemán. 1788-1860